Edward Elric - Fullmetal Alchemist 5 -->

lunes, 25 de febrero de 2013

Capitulo 23

Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaa mis hijas
¿como han estado?
yo muy muy bien, no miento, me atascaron con la tarea y hay me tiene como zombi haciendo la tarea en la madrugada. Pido disculpas para aquellos que aun no reciben una señal de mi parte, muy pronto lo hare asi que no se desesperen. Bien les traigo el nuevo cap de la novel y si, con este se termina lo de Rose. Jojo y tambien aprovecho para decirles que llegamos al climax, aja la novel solo le falta de alrededor de 7 a 8 capis, ya llegara a su fin, que mal. En fin aun tienen algunos capís para leer. Bien les dejo el cap

Capitulo 23: Aun hay tiempo para ir. 



Narración: Rose

No entiendo la razón del por qué Richard continúa aquí. Quizás solo fue una mentira y nunca tuvo el propósito de irse. Sea lo que sea, estoy tan feliz de que continúe aquí. De que pueda seguir viéndolo, de que podamos seguir juntos. Que enorme alegría siento.

Narración: Richard

¿Qué se cree? Pidiéndome que siguiera esperando. Que acaso no notaba que la situación estaba empeorando aun cuando es tan obvio que lo estaba. Se dicen profesionales y no hacen nada, pero al menos puedo estar un poco mas seguro. Llegué en el momento justo, tal y como pediste Rose. Es momento de que todo esto acabe.

Me incorpore. Mire de un lado a otro examinando con cuidado los movimientos tanto de Roberto como de la madre de Rose, quienes aun se encontraban pasmados tras mi aparición. Me gire y rápidamente me acerque a Rose. Extendí mi mano y la ayude a levantarse. Me miraba, asombrada y tímidamente, susurro:

— ¿Qué estás haciendo aquí?

— Tú me llamaste —contesté— es natural que responda a tu llamado.

— No me refiero a eso, se supone que tú…

— Tenía que salvarte —interrumpí— Y es lo que voy a hacer

Me giré de nuevo ahora viendo cara a cara a las dos terribles personas que se habían atrevido a hacer todo esto. La madre de Rose había retrocedido un poco mientras que Roberto continuaba en el mismo lugar. Tras unos segundos sin reflejar el mínimo asombro dijo:

— Felicitaciones —aplaudió— Has ganado un poco de mi respeto. Creer que un idiota como tú haya venido a rescatar a la estúpida de mi hermana es algo que hay que admirar, pero déjame decirte que todos tus esfuerzos han sido en vano. No puedes hacer absolutamente nada.

— Tan odioso como siempre —suspiro— Ciertamente no debí poner tantos esfuerzos en esto, después de todo tengo la victoria asegurada.

— Tratando de provocarme. Eso no funciona en mí. Seamos honestos Richard, sabes más que nadie que no puedes hacer nada.

— Roberto… gané

— Mocoso estúpido —masculló— ¡Date cuenta de tu posición! — gritó

— No habías dicho que no podía provocarte. Mírate ahora, siendo molestado por un mocoso como yo.

— Silencio —gritó— Me sacas de quicio —jaló aire— ¿Madre qué hacemos? — se giro hacia ella

— No es obvio … Siléncialo— gritó

— Como digas —sacó una pistola del interior de su saco y apunta directamente hacia mí. Sin moverme le dije:

— Así que el joven no puede defenderse solo, necesitas de una arma para ganar. ¡Ja!, que bajo has caído.

— Basta Richard —susurro Rose detrás de mí— si continuas así Roberto es capaz de jalar el gatillo

— No te preocupes, todo estará bien.

— Te ves tan confiado. No eres más que un niño actuando como un adulto. Deja de tratar de lucir como un héroe.

— No soy un héroe. Eso lo sé, pero no puedo quedarme con los brazos cruzados viendo como lastiman a la chica que tanto amo. Vine para salvarla y lo haré. Soy el único que puede hacerlo.

— Bonitas palabras, pero estás acabado. Cometiste el estúpido error de venir solo. Quizás si hubieses pensado un poco mejor las cosas, tendrías posibilidades de ganar.

— Ciertamente… —bajé la mirada

— Perfecto por fin lo has entendido todo, pero es demasiado tarde. Sabes demasiado. Compartirás el mismo destino que el de mi amada hermanita. Debes morir.

Dispuesto a jalar el gatillo, Roberto colocó su dedo índice en el. Me miró y sonrió maliciosamente. Sin mover ningún musculo jale aire y dije:

— ¿Te convertirías en un asesino solo por esta ridícula situación?

— Si fuera solo por una ridícula situación quizás lo pensaría —masculló— ¡Por favor! —cambio de aire— Deja de actuar tan valiente cuando en el fondo te estas muriendo de miedo.

— No lo niego. Tengo miedo, no tengo ni la mínima idea de lo que pueda pasar sin embargo no pienso demostrarlo.

— Admirable incluso al último —río— Goodbye

El estruendo de un disparo resonó fuertemente por toda la habitación. Una pequeña fracción del piso estaba cubierta de sangre. Lograban escucharse los gritos ahogados de alguien. Rose estaba inmuta al igual que su madre. ¿Qué había sucedido? Nadie lo entendía, pero era evidente que la mano de Roberto no dejaba de sangrar, mientras tanto Richard se encontraba parado observando a Roberto sin mostrar ningún rastro de asombro.

— Te lo dije —musitó— gané

— ¿Qué… —murmuro la señora Galindo— …qué le hiciste a mi hijo? —gritó

— Nada —contesto Richard de inmediato

— Mentiroso —insistió— Tú…

Los gritos de la desdichada mujer fueron interrumpidos por el azote de la puerta que se había abierto bruscamente. Varias personas entraron rápidamente a la casa, rodeando por completo a los Galindo. Apuntaron con sus armas directamente a Roberto y a Raquel (Sra. Galindo). Eran oficiales de policía.

Momentos antes…

— Esa es una acusación muy seria jovencito. ¿Tienes pruebas?

— Por supuesto —extiendo mi brazo— No vendría sin ellas —agregué

— ¿Un celular?

— Exacto. Revise los mensajes. Con eso bastara.

Tras unos segundos el oficial levanta su rostro y me entrega de nuevo el celular de Rose.

— Hoy es 22 de enero. No hay tiempo que perder —Se levantó y llamo a mas oficiales. Tras darles varias órdenes tomó su chaqueta de cuero— ¿Vienes? — me preguntó

— Por supuesto

Cinco patrullas salieron del cuartel. En pocos minutos nos encontrábamos cerca de la extravagante mansión de los Galindo. Nos detuvimos. Salimos de los autos y continuamos a pie. Al llegar a tan solo una cuadra de la casa, nos dividimos en tres grupos. Permanecí en el grupo del oficial al cargo. Cada grupo se fue a distintas partes de alrededor de la casa. Nosotros estábamos a un costado, exactamente el lugar donde se veía claramente los movimientos de los Galindo. Tras colocarnos en nuestras respectivas posiciones el oficial a cargo ordenó que solo esperáramos.

— ¿Es necesario hacer esto? —pregunte al oficial

— Por supuesto

— ¿No le veo caso hacerlo? Tenemos pruebas, entren y arréstenlos. Es lo único que tienen que hacer.

— Jovencito, guarda silencio. Somos profesionales, sabemos lo que hacemos.

— Si usted lo dice —susurre

Era agobiante esperar. Movía mis dedos de tan desesperado que estaba. Me dedique a observar como a los demás. Pasaba el tiempo. Todo marchaba bien. Parecía una simple fiesta de cumpleaños. Nada fuera de lo normal. Me desespere aun más. Algo planeaban. Era obvio. El comportamiento de la Sra, Galindo y la de Roberto no eran para nada como me imaginaba que serían. No entendía que pasaba.

— Seguramente ese jovencito nos mintió.

— Solo es una comida familiar, ¿por qué tanto alboroto?

— De seguro el celular también es un invento.

Murmullos como esos lograban escucharse detrás de mí. Los ignore. Me importaba un comino lo que pensaran esos tipos. Para mí era más importante el bienestar de Rose.

— Esperen, miren— murmuro un oficial

Todos obedecimos de inmediato. La atmosfera había cambiado. La señora Galindo se había levantado de su asiento y se había encaminado a una puerta. Al abrirla dio entrada a un tipo extraño de apariencia desagradable. Tanto él como la señora se aproximaron a Rose. Parecía que estaban conversando. De pronto el tipo extraño se abalanza hacia Rose. No soportaba ver lo que ese tipo le estaba haciendo, él estaba… ¡Maldición!

— ¿Qué esperan? Entren de una vez —ordene

— No te apresures. Debemos seguir esperando.

— ¿Esperar? Deja de bromear, no hay necesidad de ello. Vean lo que le están haciendo a Rose, ¡Hagan su trabajo!

— Entiende, tenemos que esperar —gritó el oficial a cargo.

Giré mi cabeza. Seguí presenciando la horripilante escena, sin hacer nada. No lo soportaba. Una furia crecía en mi interior. No podía quedarme si hacer nada. Ella me necesitaba. Di un paso hacia enfrente.

— No hagas ninguna estupidez —me detuvo el oficial— arruinaras todo.

— ¿Arruinar que? ¿Tienen siquiera un plan? —espere su respuesta, pero no contestaron— ...ustedes son… —me gire hacia él— unos inútiles.

Salí corriendo hacia la puerta de la casa de los Galindo. Corrí con todas mis fuerzas. En solo unos segundos me encontraba enfrente de la puerta. Puse mi mano en el picaporte, sin embargo no me atreví a abrir. Había notado que había cometido un gran error. Estando solo tenía pocas posibilidades de hacer algo. Pensé en retroceder, pero era arriesgado hacerlo. Ya estaba aquí, debo continuar. En que momento debo actuar, ahora o debería esperar. Me encontraba en un dilema. Deseaba ayudarla, pero existía la posibilidad de que estuvieran armados y podría convertirme en un rehén o arriesgar mi vida o peor aun, la de Rose. Son tres personas dentro, sin incluir a Rose. Lo primero que debo hacer es deshacerme del sujeto extraño, pero qué haré si Roberto o su madre hacen algo, que es lo más probable. ¿Qué hago? Actuar rápido, si eso es lo que debo hacer. Si entro velozmente tendré tiempo para arreglármelas después… aunque sigue siendo un plan arriesgado, quizás…

— ¡Ayúdenme! —gritó Rose desde el interior

Debo entrar, deja de dudar Richard. Es momento de ser un héroe. Es momento de salvarla. Giré lentamente el picaporte, para evitar hacer ruido. Pero la duda regreso a mí. Me detuve. No puedo hacerlo… tengo mied…

— ¡Ayúdenme, por favor! Papá, Nicole… ¡¡¡Richard!!!

Al escuchar esas palabras mi mano abrió la puerta, entre a toda velocidad y golpee al hombre directamente en su cara. Quedo inconsciente de inmediato. Respire profundo. Levante mi cabeza y grité:

— El héroe siempre llega al último.

Porque un héroe por mucho miedo que tenga, siempre debe proteger a los que ama, aún si su vida esta en peligro.



— ¿Qué significa esto? —preguntó con rabia la señora Galindo quien no paraba de observar con odio a todos los policías.

— Raquel Rico Galindo así como su hijo Roberto Rico Galindo, ambos quedan bajo arresto —dijo solemne el oficial

— Bajo arresto, y puedo preguntar ¿bajo a que cargos? —preguntó Raquel con indiferencia.

— Por maltrato físico y psicológico a su hija Rico Galindo Rose durante los últimos doce años.

— Que acusación tan grave nos esta imponiendo… —intervino Roberto— nosotros no seriamos capaces de…

— Guarde silencio —lo calló el oficial— tenemos pruebas que lo demuestran

— ¿Pruebas? —preguntaron ambos.

— Así es. Reconocen esto —enseña un celular.

— Mi celular —exclamó Rose— ¿cómo lo obtuvieron?

— El muchacho no los dio —me señaló.

— ¿Richard? Pero cómo, si él nunca tuvo mi celu… —se detuvo— olvide pedírtelo ayer.

— Así es —la miré— si me lo hubieras pedido nunca habría visto esos mensajes.

— Es la jugarreta del destino, me parece. Muchachos arréstenlos —ordenó el oficial

Dos de ellos se acercaron a Roberto y a Raquel, los tomaron de sus brazos y empezaron a ponerles los grilletes.

— Significa que esa es la única prueba que poseen —murmuro la señora Galindo.

— Es suficiente para tenerlos en prisión por un largo tiem…

— ¡Que maravilloso! —interrumpió— Me parece que ha habido una terrible equivocación, oficial. —rio entre dientes— Sucede que aquellos mensajes solo son un juego entre mi hija y yo.

— ¿A quién tratan de engañar? —grité— nadie creería en esa mentira.

— Oh ya entiendo —masculló Roberto sin prestar atención a lo que dije— Mi madre tiene razón. Solo se trata de un juego, no es nada serio ¿cierto, Rose?

— Si hija, diles que todo ha sido un juego —continuo Raquel— diles la verdad. Cuéntales sobre el juego.

— Yo no… —trató de hablar Rose, pero fue interrumpida.

— Somos una familia. Hermana, tu sabes que te quedemos y no quisiéramos dejarte sola ante los peligros de este mundo —sonrió gentilmente Roberto

— Hija, necesitamos de tu apoyo, quizás obtengas tu deseo si cumples con lo que pido. Anda, dile que nos suelten.

— Ya entendí —exclamó el oficial— tratan de liberarse de los cargos.

— ¡¿Qué?! Es posible eso —pregunté

— Por supuesto, siempre y cuando la victima los perdone, ellos pueden librarse de los cargos

— No creo que sea preocupante, Rose no seria capaz de perdonarlos, después de todo ellos…

— Perdonarían todo lo que hice —susurro Rose dando un paso hacia enfrente— Volveríamos a ser una familia como antes.

— Claro hija.

— Por supuesto hermana.

— ¿Rose, que estas…?

— Lo lamento… —susurro— yo quiero ser feliz.

— No, Rose. No comentas un error— murmure mientras me acercaba a ella.

— Lo lamento… lo lamento tanto —susurro entre lágrimas—…pero ellos son mi familia. Ellos me brindaron alegría y una gran felicidad. Pasamos grandes momentos juntos, llore por ellos, pero también reí con ellos. A pesar de todo lo ocurrido ellos son… mi familia. Y por eso…

— Ya la escucharon —interrumpió la madre de Rose— Suéltenos —ordenó.

Los oficiales y yo permanecimos en silencio. Uno de ellos comenzó a quitarle los grilletes a Roberto, otro comenzaba a hacer lo mismo con la madre de Rose. Todo mi esfuerzo había sido en vano. Que gran idiotez, incluso…

— Y por eso —habló Rose— yo… no puedo perdonarlos.

Roberto y Raquel se quedaron atónitos tras la ultima frase de Rose. En mi rostro se había formado una sonrisa. La alegría inundo mi cuerpo. Rose, hizo lo correcto. Realmente todo valió la pena.

Narración: Rose

Mi querida familia. Yo los amo porque siempre estuvieron conmigo. ¿Se acuerdan de aquellos momentos en los que reíamos felizmente? Yo sí me acuerdo. Fueron momentos sumamente hermosos para mí. Quisiera compartir de nuevo estos momentos con ustedes, pero sé que no puedo. No quiero arrepentirme de mis acciones. Ya no más. No pienso huir nuevamente. Cuando di mi primer paso hacia afuera de esta mansión, cuando estuve a punto de irme con mi padre, esa decisión que tomé en ese momento fue la mejor decisión que pude haber tomado en toda mi vida. Ya no quiero seguir estancada como ustedes están ahora. Es momento de avanzar. “Yo los amo a pesar de todo”, quisiera decirlo, pero ya no puedo hacerlo. Simplemente ya no puedo. Los amé con todo mi ser, pero ya no quiero seguir siendo humillada por ustedes, aun conservo dignidad en mí. Quizás nunca pueda perdonarlos, ha sido bastante dura mi vida por todo lo que me hicieron. Tampoco podría verlos como mi familia, ahora los veo como extraños. Conservare mis memorias felices y tristes y siempre recordare todo. Mi preciada familia, ellos para mí, murieron hace doce años, junto con mi padre y mi hermanito. Ellos no pueden ser perdonados, sin embargo…

— Muchas gracias —baje mi cabeza— Gracias por haberme hecho como soy, gracias por ayudarme durante la muerte de mi padre. Gracias por haber estado conmigo durante estos doce años. Gracias —mi rostro estaba cubierto de lágrimas.

— Niña hipócrita —gritó Raquel— ¿Dejaras a tu madre pudrirse en la cárcel? Ayúdame como Galindo que eres.

— Yo —alce mi cara— no soy una Galindo. Miles de veces lo has repetido. Rico Galindo Rose, esa persona nunca existió para ti. No me llames hija ahora. Duele cuando lo haces. Yo soy… Rico Rico Rose., hija de Rafael, y solo conocida tuya. Esa es la verdad.

— ¿Qué estás hacie…?

— Vamos señora —la interrumpió un oficial— La señorita Rico ha sido muy clara —la jaló bruscamente y la sacó de la habitación.

— Rose —Richard se acerca— bien hecho

— No, yo…

— Estúpida —gritó mi hermano, quien sin darnos cuenta se había soltado de los grilletes. Había corrido hacia mí y me había derribado — ¿Cómo te has atrevido a hacerle esto a mi mamá? —me jala fuertemente de mi cabello

Narración: Richard

Siempre he sido un hombre en contra de la violencia. Cuando Christopher me golpeó no me deje llevar. Ni cuando defendí a Jaqueline de esa bola de imbéciles que la torturaban. Nunca en mi vida había soltado un golpe, a excepción de hoy. Hoy era la primera vez que me había atrevido a usar la violencia para defender a alguien.

Vi como Roberto había jalado bruscamente a Rose, apenas verlo mi cuerpo se movió solo. Lo empuje y rodamos por la sala. Quede encima de él. Mi mano formo un puño y sin contenerme comencé a pegarle directamente en la cara. Fue como si estuviese desquitándome de todas esas veces en las que me había contenido. Como si estuviese lastimando a Christopher o a ese desgraciado que usaba a Jaqueline. Toda mi ira concentrada en el pobre de Roberto.

— Detente —gritó Rose a todo pulmón— No sigas, por favor —cayó al suelo— Ya no quiero seguir viendo, solo… detente…

Mi puño se deshizo. Permanecí sobre Roberto, mientras lo agarraba firmemente de los hombros. Jalé aire y mire la cara de Roberto que estaba cubierta de sangre. Gire mi cabeza para evitar verlo.

— En el celular de Rose venia escrito hasta el mínimo detalle de como había empezado todo esto. He entendido que todo empezó luego de la muerte de su hermano. La señora Galindo decayó tras ese suceso. Entiendo perfectamente su situación, pero hay algo que no logro entender. Leí que tu te enojaste con Rose porque ella estaba jugando con Nicole en lugar de ayudar a tu madre quien empezaba a abortar, pero ¿Realmente te enfadaste con Rose solo por esa razón? Por mas que lo piense no me convence que ese sea el motivo de tanto odio durante estos doce años. Si esa fuera la razón al crecer la hubieras perdonado y sin embargo no lo has hecho. ¿Cuál es tu razón Roberto? ¿Por qué odias tanto a Rose?

— … Eres hijo único cierto —murmuro— No puedes entender lo que es vivir con padres que prefieren mas a un hijo que a otro. Mi padre amaba a Rose y mi madre a mí. No tuve quejas nunca. Yo era feliz de esa forma, pero luego mi hermano falleció. Admito que me enfade con Rose por esa insignificante razón, pero ese ya no es mi motivo de mi odio hacia ella. Mi madre dejo de sonreír. Pasaba horas encerrada en su habitación. Ya no me prestaba atención, pero Rose aun recibía el amor de mi padre. Así lo veía yo. Ella no había hecho nada para salvar a mi hermano, y yo si, entonces por qué soy el único que ha perdido algo. Empecé a odiarla. Mi madre se volvía cada vez más ruin y despiadada. Un día le escuche decirle a alguien: Magnifico, con esto ese maldito morirá en un instante. No le entendí en ese momento, pero entonces ese mismo día, mi padre y mi hermana tuvieron un accidente.

— Quieres decir que —murmuro Rose— que mamá fue…

— …quien planeo el accidente.

— Me cuesta admitirlo, pero es cierto. Hasta donde había caído la pobre de mi madre. Sabia que estaba mal, pero yo estaba feliz. Rose pagaría lo que había hecho, pero ella sobrevivió. Mi mamá se puso peor. Ya no era la misma madre de siempre. Solo pensaba en cosas crueles y malvadas. Empezó a torturar a Rose y yo la ayude. Rose era la culpable, si ella no estuviese mi madre seria la misma de siempre, nunca habría cambiado y hubiésemos sido totalmente felices. Yo solo… quería a mi madre de vuelta. Hice lo que hice solo por eso. Desde siempre yo he envidiado a Rose, porque ella tenia todo lo que yo quería, por que tuvo que arrebatarme a lo único que yo poseía. No podía permitirlo —Roberto lloraba.

— Roberto —se acercó Rose— Lo lamento. Nunca vi como te sentías. Lo lamento…

— Disculpen —interrumpió el oficial a cargo— pero tenemos que llevárnoslo.

— Espere solo un momento, no ve que…

— No necesito escuchar las palabras de esta estúpida —murmuro Roberto apartándome de encima— No me arrepiento de nada —dijo estirando sus manos para que le pusieran los grilletes. De inmediato lo hicieron. Tras hacerlo lo sacaron de la mansión.

Los oficiales salieron detrás de Roberto, dejando a Rose y a mí solos en la habitación. Rose trataba de limpiarse las lágrimas de su rostro pero estas no dejaban de fluir.

— Deja de llorar, ya no tienes que preocuparte. Ellos ya no volverán a hacerte nada.

— Aunque lo digas, no puedo dejar de llorar. Todo lo ocurrido es mi culpa. Fui una completa inútil.

— No digas eso, no eres una inútil

Narración: Rose

La voz de Richard se agrando al decir esa última palabra.

— No, soy una inútil. No puedo resolver nada por mi sola. Destruí mi mundo yo misma, yo soy una inut… —antes de completar mi frase sentí un ligero golpe en mi cara, Richard me había bofeteado

— Tú no sabes lo que esa palabra puede llegar a provocar. Tú no sabes lo que siente una persona que toda su vida ha sido tratada como una inútil. Tú no sabes nada de eso. Así que no digas que eres una inútil, porque tú estas muy lejos de ser una.

Las palabras de Richard parecían que venían de una experiencia propia, como si hubiese conocido a una persona que fue tratara como una completa inútil. Sera mi imaginación o será la realidad.

— Lo siento.

— No, lo lamento yo. No debí haberte bofeteado.

— No te preocupes.

Un pequeño silencio se formo entre nosotros. Mire el reloj y vi que eran las 6:30 de la tarde. Dirigí mi mirada hacia Richard, quien me miraba con dulzura. Me ruborice. Baje mi mirada y trate de hablar, pero no pude.

— Me alegro verte de nuevo —Dijo Richard cruzando sus brazos y mirando hacia arriba— Cuando leí todos esos mensajes que te mandaban realmente me asuste. También me di cuenta de cuanto te amo. No puedo creer que ame tanto a alguien —me sonrió— Espero que esta vez me creas

— Te creo —susurre— Yo… yo… tamb— me detuve. Era difícil para mí decir esas palabras que aun no estaba del todo convencida. —Estoy feliz. De que sigas estando aquí. De que no te hayas ido.

— Lo lamento, Rose —masculló desviando su mirada— pero, aun hay tiempo para ir.

7 comentarios:

  1. Hola, me encanta como escribes :) Eres muy buena haciéndolo, te felicito :) saludos, pásate por mi blog, yo también estoy escribiendo una historia te dejo el link http://estudiantebiologia.blogspot.com/2013/02/ludo-el-vampiro.html

    ResponderEliminar
  2. Por fin paz!!!!!!!!!
    Porque no le dice que lo ama!!! D:
    Porque está más que claro que lo ama... Jummmm niña tonta 77'
    Oyeee y tienes razón tu mami es tan mala como mi mami!!!!! Hahahahahah xDD O creo que la tuya es peor, la mia es enferma, pero la tuya es asesina :$
    Pero bue... menos mal que se llevaron a ese par de malas personas :D Ahora solo falta que Rose se valla con Riri (mu new abreviatura para Richard) y sean felices y tengan muchos hijos y gatos *-*
    Jooooooooooooooo!!!!!!!!!! No quiero que se acabe D: Extrañaré tanto esta nove u,u Publicaras otra?????? Porfiss dime que siiiii!!!!!! Bue... cuídate, beais, bye ♥

    ResponderEliminar
  3. hermanitaa..... que tremendazo capitulos...
    me pase como 30 min? leyendolo jajaja
    casi que lloraba pero noooo porque desps me pongo roja XD

    en fin.. demasiado bueno...
    eres una mega escritora.. sabes como sorprender
    :D

    ResponderEliminar
  4. Me encantó este capítulo!! Es genial, muy bien narrado :D Me quedé con la intriga de qué hará Richard.
    Gracias por comentar sobre mi novela también, es de gran ayuda. :D
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Oh, hace mucho que no publicas. Pasaba a saludarte!
    Por cierto, ya publiqué el último capítulo de mi novela, si gustas pasar estaré agradecida, saludos!

    ResponderEliminar
  6. Tenés un premio en mi blog! http://residentefriki.blogspot.com.ar/2013/03/otorgando-un-premio.html

    ResponderEliminar
  7. Un mes esperando esto jajaja *,* pero igual me demoré en comentar, ¡lo siento!
    Bueno, es que no sé qué decir... ¡Qué capítulo! Muchísimas emociones. Richard es un ángel, yo lo amo *.* jajaa y bueno, por un momento creí que Roberto cambiaría de opinión, se disculparía y todo eso, pero no, DESGRACIADO. Gr. Y al final, ¿qué pasó con el hombre que estaba tocando a Rose?

    Aayayyyy si esto esta buenísimo! Espero la continuación jeje *,* besos por montones, querida Gaby❤

    ResponderEliminar